¿Estoy enfermo o me hace falta voluntad?
“Una
adicción es el hábito de conductas peligrosas o de consumo de determinados
productos, en especial drogas, y del que no se puede prescindir o resulta muy
difícil hacerlo por razones de dependencia psicológica o incluso fisiológica”
Casi
todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos
al alcohol, al tabaco, videojuegos y entre otras actividades y sustancias.
El objeto de la adicción puede variar, pero la respuesta conductual es similar,
ya que todas estas adicciones provocan la misma reacción en la química del
cerebro.
Anteriormente
las adicciones se consideraban como problemas morales y no de salud, se
etiquetaba a los adictos como faltos de fuerza de voluntad y de moral
suficiente y su única manera de tratamiento era el castigo. Actualmente con los
hallazgos en imágenes cerebrales de la investigadora mexicana-estadounidense
Nora Volkow, quien estudió medicina en la UNAM; las adicciones se consideran
una enfermedad del cerebro porque modifican la química, la estructura y el
funcionamiento de ese órgano.
"La
adicción es una enfermedad que progresa por etapas" puntualiza en
entrevista el doctor Rubén Baler, científico de la salud de la Oficina de
Políticas Científicas del NIDA. Baler explica que en la primera etapa las
personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este
consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan
en forma crónica. El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los
primeros signos de dependencia.
Cuando
se abusa de las drogas se alteran algunas zonas del cerebro como el tallo
cerebral, que controla el ritmo cardiaco, la respiración y el sueño; la corteza
cerebral, que procesa la información sensorial y nos permite pensar, planear,
resolver problemas y tomar decisiones, y el sistema límbico, donde se aloja el
llamado circuito de recompensa del cerebro. Este circuito motiva al individuo a
repetir conductas necesarias que generan placer o satisfacción como alimentarse y tener sexo leer un libro o
escuchar música
La
mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor
llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de
placer. "El cerebro está condicionado a repetir conductas que producen
dopamina; y las drogas actúan produciendo una activación mucho mayor de la que
ocurre en las situaciones naturales de recompensa. El cerebro pierde la capacidad de sentir
placer por las recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las
dosis masivas de dopamina que se producen al consumir una droga, y lo hace
reduciendo su producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores
que captan la señal de este neurotransmisor. Así, cuando falta la droga el
cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar
cosas naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. Cuando
el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiene
que usar más y más droga para obtener el mismo efecto, Es decir, se desarrolla
tolerancia a la droga. En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de
droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad,
irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y
psicosis, y puede llevar a la muerte.
Todas
las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones
humanas y, por tanto, para el bienestar personal, familiar y social. Este
trastorno afecta varios circuitos cerebrales. "No solamente el circuito
que calcula la recompensa
Sino
también los relacionados con el aprendizaje, con la memoria, con el control de
emociones, con la toma de decisiones
Siendo
adicto se corre también el riesgo de sufrir o infligir a otras personas algún
daño no intencional, o de incurrir en actos de violencia o delitos por
influencia de las drogas o de la abstinencia
La mejor manera de prevenir una adicción es evitar todo
lo que sabemos que es dañino y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos
que es positivo. Entre los factores negativos se encuentran, por ejemplo, los
padres adictos, la pobreza extrema, la mala nutrición, la falta de ejercicio,
así como un ambiente que no sea confiable para los chicos y, desde luego, un
entorno de violencia. "Deben evitarse esas actividades desafiantes, o de
franca delincuencia", pues son factores de muy alto riesgo. Todo lo que
promueve un ambiente saludable por fuerza va a reducir el riesgo absoluto de
abuso de sustancias.
Elegí este tema porque es una situación
que me ha tocado vivir, he tenido varios amigos y compañeros que han sido
adictos a alguna sustancia, he visto como afectaba sus cuerpos y fragmentaba la
relación con sus familias. Para mí es un tema de gran interés social del cual
se deben tomar medidas efectivas para la disminución de jóvenes adictos.
Empecé por escribir la definición de
adicción porque el texto se limitaba a las adicciones a sustancias, sin embargo
las adicciones pueden darse casi a cualquier cosa desde una actividad hasta el
consumo de sustancias de ahí partí estrechamente con el texto del autor